miércoles, 17 de septiembre de 2008

*KL* Un antisistema logra 492.000 ? en créditos y dice cómo hacerlo antes de huir del país

Blog de Tio Tizo:
Es muy interesante leerselo hasta el final:



Escribo en estas páginas para hacer público que he expropiado 492.000
euros a 39 entidades bancarias a través de 68 operaciones de crédito. Si
incluimos los intereses de demora, la cifra actual de la deuda es de más
de 500.000 euros que no pagaré.

Ha sido una acción individual de insubmisión a la banca que he llevado a
cabo premeditadamente para denunciar al sistema bancario y para destinar
el dinero a iniciativas que alerten de la crisis sistémica que estamos
empezando a vivir y que intenten construir una alternativa de sociedad.

Se trata de una acción ajena a cualquier tipo de violencia, que
reivindico como una nueva forma de desobediencia civil, a la altura de
los tiempos que corren. Cuando la financiación al consumo y la
especulación son dominantes en nuestra sociedad, ¿qué mejor que robar a
los que nos roban y repartir el dinero entre los grupos que denuncian
esta situación y construyen alternativas?

¿Cómo he podido conseguir tanto dinero sin propiedades ni avales?
Tras algunas investigaciones y pruebas, en la primavera del 2006, empecé
a llevar adelante de manera definitiva esta idea haciendo creer, según
el caso, a los diversos bancos, cajas y establecimientos financieros de
crédito que me quería reformar el piso o comprar un coche. En algunos
casos, también a través de una empresa creada con el propósito de poder
justificar determinadas inversiones como la compra de material
audiovisual para una productora.
La ventaja de pedir un préstamo desde una empresa es que la deuda como
empresa, aunque sea una empresa unipersonal, no aparece en tu historial
de deuda personal, de modo que puedes ir aumentando tu endeudamiento
indefinidamente sin que el CIRBE (sistema de información sobre deudas
del Banco de España) lo detecte. Existen otras maneras de engañar al
CIRBE que explicaré a quien quiera realizar una acción con una finalidad
similar a la de la mía.

Estos préstamos eran solicitados sin ninguna garantía ni de otra persona
ni de ninguna propiedad, simplemente con mi firma. Con una profesión
inventada y una buena nómina falsa que hacía creer que ganaba de sobras
para acceder a la financiación. El quid de la cuestión es que los bancos
no tienen manera alguna de comprobar si una nómina que les presentes es
real o no, siempre y cuando la empresa y la persona existan realmente.

También había que presentar los extractos bancarios adecuados, que
conseguía haciendo circular el dinero de cuentas de empresa a cuentas
personales a través de transferencias de nóminas para simular ingresos
personales, que los bancos se creían. En algunos casos me pedían el
contrato de trabajo, la declaración de la renta o la vida laboral. A mis
empresas les pedían las declaraciones del IVA trimestral y, cuando ya
tenían más de un año, el impuesto de sociedades.
A todo esto se puede responder adecuadamente, y a veces con información
real. Si no, con una impresora, fotocopiadora, tijeras y celo, ¡se hacen
maravillas!
En algunos casos, tuve que comprar el coche para el que había solicitado
el préstamo, y después me lo tuve que vender todo antes de dejar de
pagar para que no me lo pudiesen embargar i así tener más fondos para
financiar las luchas.

Sorprenderá que haya conseguido esto, 492.000 euros sin avales ni
garantías, en un contexto de contracción del crédito. Es una
demostración de cómo la banca promueve el endeudamiento de las familias
por encima de cualquier control y de cualquier medida de prevención de
riesgos y de sentido común. Como conclusión, hay un hecho que nos puede
ayudar a entender las posibilidades y oportunidades que hay para este
tipo de acción: los bancos y las entidades financieras necesitan
conceder créditos, porque es una de sus maneras principales de obtener
beneficios y porque, como ya hemos explicado en otro artículo anterior,
el sistema financiero necesita que cada vez se firmen más créditos para
poder crear cada vez más dinero. Es una rueda que no se detendrá hasta
que colapse el sistema. Nosotras, en lugar de seguir ayudando a que la
rueda gire pidiendo créditos para producir o para consumir, tenemos la
oportunidad y la responsabilidad de ponerle trabas, heciéndoles creer
que queremos créditos y que así podrán crear este dinero gracias a
nosotras. Después, al no devolver los préstamos, hacemos desaparecer
este dinero y el que se había creado de la nada, con la garantía que
habíamos firmado de devolución de las deudas. Este sistema funciona a
partir de la confianza y si mediante formas de actuación como estas,
conseguimos sembrar desconfianza, podremos abolirlo (destruirlo?)!

¿Por qué esta acción?
Esta crisis que se ha explicado en artículos anteriores, especialmente
en su vertiente energética, era de prever. Hace tres años conocí las
refleciones acerca del cénit del petroleo y pensé que en el momento en
que se desencadenara la crisis sería fundamental que estuviésemos
preparadas. Ésta podría ser una oportunidad para el cambio social, un
momento que se tenía que aprovechar. Pero si no nos preparábamos, el
futuro podría llegar a ser incluso mucho peor de lo que tenemos ahora,
dado que la gestión de la escasez dirigida desde poderes económicos y
políticos podría llevarnos hacia un nuevo fascismo.
A menudo, uno de los inconvenientes que encontramos cuando hablamos de
transformación social en la actualidad es que nos cuesta identificar a
los enemigos principales. No en vano, ya juegan bien sus cartas para que
cueste identificarlos. Como hemos visto en el artículo que hablaba del
sistema financiero, hay mecanismos escondidos y perversos que hacen que
una minoría controle la creación de dinero y, a partir de ello, hacen
que el sistema económico se mueva al ritmo que más les interesa.
Desenmascarar a esta minoría, a este sistema bancario que nos lleva al
colapso ecológico, me parecía fundamental y fue una motivación clara
para llevarme a realizar esta acción de insumisión financiera y hacerla
pública.
Otra razón de peso fue el poder fortalecer a los movimientos sociales
para que se pudiesen preparar para la crisis, ensayando las alternativas
que pueden convertirse en el ejemplo de una forma de vida viable cuando
ésta estalle. Creía que para esto hacía falta más dinero del que podemos
conseguir por otros medios, ya que, según mi experiencia en los
movimientos sociales, uno de los factores limitadores importantes de los
proyectos transformadores ha sido siempre la falta de capacidad
económica para echar adelante proyectos estratégicos que se puedan
iniciar cuando se crea conveniente y mantener con el tiempo.

Hay alternativas de sociedad que empiezan a ponerse en marcha desde la
práctica y sin ideas demasiado preestablecidas. Hay muchas iniciativas
que, desde la autonomía y la autogestión, están empezando a practicar
formas de vida en las que creen como alternativa al sistema capitalista
actual. Hay esfuerzos claros y decididos para coordinarse y organizarse
conjuntamente en red, para empezar a poner en práctica otro modelo de
sociedad. El camino ya ha empezado, ahora hay que mantenerlo y darle fuerza.

¿A quién ha ido el dinero?
Una vez pagadas comisiones, intereses, notarios, impuestos y gastos
varios relacionados con la acción y que no forman parte del dinero
disponible para el cambio social, quedaron unos 360.000 euros que se han
destinado, entre otros, a la publicación que tienes entre tus manos1.
Los demás destinos han sido diversas acciones e iniciativas destinadas
tanto a concienciar sobre la crisis sistémica (energética, alimentaria,
económica...) como, especialmente, a impulsar un anplio movimiento
social que ponga en marcha otras maneras de vivir en sociedad mientras
se enfrenta al modelo capitalista actual, teniendo como objetivo el de
sustituirlo.

No daré detalles en este escrito para no poner en problemas a los
proyectos que han recibido este dinero sin ser responsables de ello,
pero confío que la memoria de las personas con quien he compartido
momentos en los últimos tiempos activará el boca-oreja que hará que
mucha gente pueda saber con seguridad que el destino de los fondos ha
sido orientado en este sentido.

Un llamamiento a la acción
Esta acción quiere ser sobre todo un llamamiento para que cada una se
plantee qué es lo que puede y lo que quiere hacer para cambiar el estado
de las cosas dentro de lo que sea posible o incluso de lo que podría
parecer imposible...
Si yo he llevado a cabo esta insumisión financiera, arriesgando mi
libertad para demostrar que el sistema económico es más vulnerable de lo
que parece y para conseguir todo este dinero para la construcción de
alternativas, quizás muchas otras personas podrán hacer alguna cosa más
si creen en sí mismas, si saben librarse de los falsos miedos en que se
nos educa premeditadamente dentro del sistema y si piensan decididamente
que sólo la gente, desde abajo, podemos cambiar el estado de las cosas.

Poniendo como ejemplo el estilo de acción que yo he llevado a cabo,
quizás cada uno, según su contexto personal y económico, pueda darse
cuenta de que hay cosas que están a su alcance:

Los arrendatarios, que padecéis el encarecimiento de los precios (que
acostumbra a venir tras el encarecimiento de los precios de compra)
podéis juntaros para iniciar una huelga de alquileres como la de los
años 1930 y 31; me consta que ya hay gente que está pensando en ello...

Si estáis pagando una hipoteca desde hace pocos años y os queda mucho
tiempo de trabajo en un puesto que no os gusta, quizás podéis dejar de
pagar la hipoteca y okupar vuestra casa. Si lo hacéis solos quizás
tendréis un problema (aunque no más grande que el que ya teníais y
además os podréis plantear dedicaros a lo que os guste y que sea
coherente con vuestras ideas y vocaciones) pero si mucha gente se
organiza, será la banca la que tendrá el problema...

Si sois personas comprometidas y queréis colaborar con los movimientos
sociales, ahora ya sabéis que tenéis la opción de solicitar algunos
préstamos y no pagarlos para así financiar las luchas, a la vez que
ponéis trabas al sistema financiero. Hay maneras de hacerlo sin recibir
por ello ninguna acusación penal, sería cuestión de hacerlo a una escala
más pequeña que la mía y de no hacerlo público. En esto os puedo echar
una mano, jeje.
Si ya vais camino de tener que vivir sin cuentas bancarias porque os han
puesto una pena-multa (de esas que tanto abundan actualmente) que no
queréis pagar, ¿por qué no expropiáis algo de dinero a la banca antes de
que llegue el momento de dejar de tener cuentas corrientes?

Eso sí, con estas diversas opciones y otras que se os puedan ocurrir
seréis morosos toda la vida (o mientras aguante este sistema financiero
en crisis...), de modo que sería aconsejable que os lo pensaseis como
idea acompañana de un plan personal para vivir de otra manera, sin
cuentas corrientes ni propiedades.

De todos modos, si no podéis o no queréis llevar a cabo ninguna de las
acciones anteriores, hay dos cosas más sencillas que todo el mundo puede
y debería hacer lo antes posible: no solicitar ningún crédito y sacar el
dinero del banco.

Al mantener préstamos, tarjetas de crédito y cuentas corrientes, estamos
siendo cómplices de unos bancos que representan el corazón de un sistema
capitalista que está sembrando la destrucción del planeta, la pobreza y
la esclavitud de nuestras vidas por doquier.
Sacar el dinero del banco es una cosa que cualquier persona puede hacer
si simplemente se organiza un poco para gestionar sus pagos y cobros de
otro modo.

Y si este llamamiento te llega tarde porque hay deudas que no has podido
pagar y ya apareces en listas de morosidad de los bancos... por qué no
te pones en contacto conmigo y montamos un sindicato de morosos? Que hay
más personas inscritas en las listas de morosos que en las del paro...
¡y vivir sin cuentas corrientes es un arte que valdría la pena compartir!

Lo que voy a hacer a partir de ahora.
Mientras escribo este comunicado público aún no hay ninguna acusación
penal contra mi persona, hecho que prueba que he podido llevar a cabo la
acción hasta el final afuera de cualquier control o sospecha policial.
De todos modos, según el sistema judicial del estado español (y sin
contar con su motivación ética), a partir de esta confesión se me
tendría que acusar de estafa mayor (que se considera a partir de 50.000
euros) y de insolvencia punible (también denominada levantamiento de
bienes). Por la primera acusación se me pueden pedir entre 2 y 6 años, y
por la segunda entre 1 y 3 años. Así que he preferido reivindicar esta
acción públicamente como desobediencia civil para que todo el mundo
pueda saber lo que se puede hacer y para cuestionar al mismo sistema
financiero en vez de esconderlo como me recomendaría cualquier persona
que pensase primero en su integridad personal.

Pero dado que mi postura es claramente de reconocimiento y de defensa
moral y política de los hechos y dado que no pienso que el sistema
judicial está legitimado para juzgarme (como parte de un sistema
político totalmente antidemocrático en cuanto a dependencia de los
mismos poderes económicos a los que denuncio con mi acción), he decidido
acompañar esta explicación pública de los hechos con mi desaparición
física. De ese modo evitaré que posibles represalias contra mi libertad
o mi cuerpo me impidan seguir defendiendo y explicando estos hechos
públicamente y seguiré activo en los movimientos sociales catalanes a
partir de la participación virtual mientras me encuentre físicamente en
algún otro lugar del mundo desde el que pueda también participar en las
luchas sociales.

Más adelante, me reservo la posibilidad de volver a aparecer físicamente
en territorio catalán, si se demuestra que la sociedad civil catalana
está preparada para defender la libertad de aquellas personas que nos
enfrentamos públicamente a los poderes económicos y políticos de nuestra
sociedad.

Y si algún día, por voluntad propia o no, soy juzgado, aviso que el
único veredicto que aceptaré será la absolución por consideración del
tribunal de que mi acción no es constitutiva de delito, a causa de su
motivación ética y solidaria en contra de los actores que más daño hacen
a esta sociedad y en pro del bien común. Aparte de esto, no negociaré
penas menores para evitar cumplir condena, ni pagaré una fianza, ni
multa, ni negociaré la deuda. Si el estado es incapaz de salir de la
presión de los poderes fácticos, que todo el mundo lo vea manteniendo a
una persona como yo en prisión.

Desde este momento, podréis conocer mi identidad y contactar conmigo a
través de la web http://www.17-s.info donde también podréis encontrar
información más detallada.
Mira també:
http://www.17-s.info

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