jueves, 30 de septiembre de 2010

Kortatu - Sarri, Sarri Subtitulos Español



Blog de Tio Tizo:
Ez dakit zer pasatzen den
azken aldi hontan
jendea hasi dela dantzatzen sarritan
zerbait ikustekoa du
bi falta direlakoz
«Recuento generalean».
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri askatu,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bi batu.

Irratikoak han ziren
emititzen zuzenean
paella jango zutela
eta Piti eta Sarri bere muturretan
saltzan zeudela konturatu gabeak.

Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri askatu,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri.

Zaila dugu sortzea
doinu gogozagorik
Sarri dio herriak
txanpainaz ospaturik
Iruñeko entzierroa
desentzierroa hemen
zapi gorriak
zerua du estaltzen.

Ez dakit zer pasatzen den
azken aldi hontan
jendea hasi dela dantzatzen sarritan
zerbait ikustekoa du
bi falta direlakoz
«Recuento generalean».

Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri askatu,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bi batu

Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bi badoaz,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, hanka kalera
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bafleetatik...
kriston martxa dabil!

Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri askatu,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bi batu

Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bi badoaz,
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, hanka kalera
Sarri, Sarri, Sarri, Sarri, bafleetatik...
kriston martxa dabil!

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no se que es lo que pasa
de un tiempo a esta parte
que a menudo la gente empieza a bailar
tendrá algo que ver
con que faltan dos
en el "recuento general"

sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, sarri
sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, libre!
sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, viva tu!

hay andaban los de la radio
emitiendo en directo
que comerian paella
y piti y sarri delante de sus narices
andaban tramandola, sin darse ni cuenta.

sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, sarri
sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, libre!
sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, sarri

es dificil crear
sonido mas gustoso,
el pueblo dice sarri
celebrandolo con champan,
el encierro de iruña
aqui es desencierro,
el pañuelo rojo
tapando el cielo.

no se que es lo que pasa...

sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, sarri
sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, libre!
sarri, sarri, sarri, sarri, sarri, viva tu!

sarri, sarri, sarri, sarri, se van dos!
sarri, sarri, sarri, sarri, a la calle!
sarri, sarri, sarri, sarri, en los bafles...!
vaya marcha!

se repiten las dos ultimas.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Manuel Machado - Engendro



Blog de Tio Tizo:





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y.....
Pero vale ya de tonterias...
vamos a hablar de MANUEL MACHADO
un poeta muy recomendable..
hay que leer.. a MANUEL MACHADO..
Yo no sabia si me iba a gustar...
nada suyo, lei jamas...
pero ya que quedaba bien en esta canción...
digo voy a ver de que va...
Busque, y halle, en el google algo sobre él.
y esta bien, escribe bien, aunque en tres minutos me sature...
Y si Serrat canta cosas del hermano
aqui somos más de MANUEL MACHADO ,
yo me voy a comprar la camiseta,
con el dorsal del MANUEL MACHADO,
Me he descargado en mp3, 6 o 7 de sus CD's
cuando lleguen las proximas elecciones
creo yo que le votare...



lunes, 20 de septiembre de 2010

los hombres pueden ser...

Blog de Tio Tizo:

LOS HOMBRES PUEDEN SER .....

COMO EL CAFE....
Son ricos, calientes...
y si tienes suerte, te mantienen despierta toda la noche.

COMO EL CHOCOLATE
...
Dulces, suaves... y generalmente se van directo a tus caderas..
.

COMO LAS HIELERAS
...
Llénalos de cerveza... y te lo podrás llevar a donde tu quieras...!


COMO LOS HOROSCOPOS...
Siempre te dicen qué hacer y generalmente están equivocados.


COMO EL RIMEL
...
Se corren a la primera lágrima.


COMO LAS MINIFALDAS
...
Si no tienes cuidado...se te suben por las piernas.


COMO LOS LUGARES PARA ESTACIONARSE
....
Los buenos ya están ocupados, y los que se quedan
son minusválidos o demasiado pequeños...

COMO EL CLIMA...
Nada se puede hacer para cambiarlo.


COMO TORMENTAS DE NIEVE
...
Nunca se sabe cuando vienen, cuántos centímetros tendrán... ni cuánto pueden durar..!


COMO EL CEMENTO
...
Después de esparcidos...
tardan un rato en ponerse duros...!


COMO AUTOS USADOS
...
Fáciles de obtener, baratos... y nada confiables.


COMO LAS PIZZAS
...
Llamas por teléfono...
y en media hora están calientes en tu puerta.


COMO LAS VACACIONES
...
Nunca son lo suficientemente largas... !


jajajajajajaja

ilusion optica


Blog de Tio Tizo:

Hola y adiós - Ray Bradbury (Cuento CF)

Blog de Tio Tizo:

Hola y adiós

Ray Bradbury, 1.953

(Traductor: Luis Bou)

Pues claro que se iba, qué otra cosa podía hacer, el tiempo se había agotado y se iba, se iba muy lejos. Tenía ya hecha la maleta, había sacado brillo a los zapatos; se había cepillado el pelo y se había lavado expresamente detrás de las orejas. Tan sólo faltaba bajar las escaleras, salir por la puerta y subir la calle hasta la estación del pueblo, donde el tren se detendría exclusivamente para recogerle a él; entonces Fox Hill, Illinois, quedaría atrás, muy atrás en su pasado. Y él proseguiría su camino, quizá a Iowa, tal vez a Kansas, quién sabe si a California; un chiquillo de doce años, en cuya maleta un certificado de nacimiento acreditaba que lo había hecho hacía cuarenta y tres.

–¡Willie! –exclamó una voz en la planta baja.

–¡Ya voy! –Alzó del suelo la maleta. Vio en el espejo de su cómoda un rostro formado por dientes de león de junio, manzanas de julio y leche de cálida mañana de verano. Allí, como siempre, se reflejaban el ángel y el inocente, aquella efigie que tal vez nunca, en todos los años de su vida, llegase a cambiar.

–Casi es la hora –llamó la voz de mujer.

–¡Ahora mismo! –Y descendió por la escalera, al tiempo gruñón y sonriente. En la sala de estar, sentados, Anna y Steve, las ropas dolorosamente pulcras.

–¡Aquí estoy! –exclamó Willie desde el umbral de la sala.

Daba la impresión de que Anna fuese a romper a llorar.

–¡Oh, Dios mío! No es posible que vayas a dejarnos, ¿verdad, Willie?

–La gente está empezando a murmurar –dijo Willie tranquilamente–. Hace ahora tres años que estoy aquí. Pero cuando la gente se pone a murmurar, sé que ha llegado la hora de ponerme los zapatos y sacar un billete de tren.

–Todo es tan extraño, no lo entiendo. ¡Y así, tan de pronto! –se lamentó Anna–. Willie, te vamos a echar muchísimo de menos.

–Yo os escribiré todas las Navidades. Por favor, ayudadme. No me escribáis vosotros.

–Ha sido un gran placer y una satisfacción –dijo Steve, allí sentado, demasiado ampulosas las palabras, palabras que cuadraban mal en su boca–. Es una vergüenza que esto haya de acabar así. Es una vergüenza que hayas tenido que contamos tu caso. Es una condenada vergüenza que no puedas quedarte.

–Vosotros sois los parientes más agradables que he tenido nunca –dijo Willie, desde su metro veinte de estatura, barbilampiño, radiante el sol en su rostro.

Y entonces Anna se echó a llorar.

–Willie, Willie –gimió. Se sentó. Parecía querer abrazarle, pero abrazarle le daba miedo ahora; le miró con sorpresa y desconcierto, vacías las manos, sin saber qué hacer.

–No resulta fácil irse –dijo Willie–. Se acostumbra uno a la situación. Desea uno quedarse, pero no puede ser. En una ocasión probé a quedarme después de que la gente comenzase a desconfiar. «¡Qué cosa más horrible!», decían. «¡Tantos años jugando con los inocentes de nuestros niños –decían–, y nosotros sin enterarnos!» «¡Qué espanto!», dijeron. Y al final, una noche tuve que huir de la ciudad. No resulta fácil, no. Sabéis perfectamente bien cuánto os quiero a ambos. ¡Gracias por estos tres años fabulosos!

Fueron todos juntos hasta la puerta delantera.

–Willie, ¿adónde piensas ir?

–No lo sé. Sencillamente, me pongo a viajar. Cuando veo una ciudad que promete ser verde y agradable, me quedo.

–¿Volverás algún día?

–Sí–dijo con toda formalidad su vocecilla aguda–. Dentro de unos veinte anos debería empezar a reflejarse la edad en mi rostro. Cuando así sea, pienso hacer un gran recorrido y visitar a todos los padres y madres que he tenido.

Permanecieron en pie en el fresco porche veraniego, reacios a decirse las últimas palabras. Steve tenía tozudamente clavada la mirada en un olmo.

–¿Con cuántas familias has estado, Willie? ¿Cuántas veces has sido adoptado?

Willie hizo el cálculo de bastante buen grado:

–Me parece que han sido unas cinco ciudades y cinco los matrimonios con quienes he estado. Han pasado más de veinte años desde que empecé mi peregrinaje.

–Bueno, no tenemos motivo para quejamos –dijo Steve–. Más vale tener un hijo durante treinta y seis meses que ninguno en absoluto.

–Bien... –dijo Willie. Se despidió de Anna con un beso rápido, asió el equipaje y se marchó calle arriba, penetrando en la verde luz del mediodía, bajo los árboles... un chiquillo muy joven en verdad, sin volver atrás la mirada, corriendo.

Los chicos estaban jugando en el verde diamante del parque cuando pasó. Permaneció un ratito bajo la sombra de los robles, observándoles lanzar la blanca, nívea bola de béisbol que hendía el aire cálido del verano; vio volar sobre la hierba, como un pájaro oscuro, la sombra de la bola; vio cómo se abrían las manos, como bocas voraces, para atrapar aquel raudo fragmento de estío que ahora parecía tan importante asir. Gritaron los chicos. La bola aterrizó en la hierba, cerca de Willie.

Al avanzar con la bola, saliendo de los árboles umbrosos, pensó en los tres últimos años, ahora gastados hasta el céntimo, y en los cinco años anteriores, y así, remontando el hilo de su vida, hasta el año en que cumplió verdaderamente los once años y los doce y los catorce; penso en las voces que decían: («¿Qué le pasa a Willie, señora?» «Señora B., ¿no está Willie retrasado en su crecimiento?» «Willie, ¿has estado fumando cigarros últimamente?» Los ecos se extinguieron en luz y colores veraniegos. La voz de su madre: «¡Willie cumple hoy los veintiuno!». Y un millar de voces repitiendo: «Hijo, vuelve cuando cumplas quince años; tal vez entonces podamos darte trabajo».

Se quedó mirando fijamente a la pelota de béisbol que sostenía en su mano temblorosa, imagen de su vida, una bola interminable de años bobinados y rebobinados una y otra vez, pero siempre conducentes a su duodécimo cumpleaños. Oyó a los chicos venir hacia él; sintió que le tapaban el sol, los vio mayores que él, rodeándole.

–¡Willie! ¿Adónde vas? –Le dieron una patada a su maleta.

¡Qué altos, allí plantados, en el sol! Era como si en aquellos últimos meses, el Sol hubiera pasado una mano sobre sus cabezas, reclamándoles, y ellos fueran cálido metal fundente atraído hacia lo alto; como si fueran trigo dorado halado hacia el cielo por una inmensa fuerza gravitatoria; ellos, con sus trece, catorce años, mirando a Willie desde las alturas, sonrientes todavía, pero ya comenzando a tenerle por un cero a la izquierda. Aquello había empezado hacía cuatro meses.

–¡Formemos equipos! ¿Quién quiere a Willie en el suyo?

–¡Bah!, Willie es demasiado pequeño; no queremos «niños» con nosotros.

Y le aventajaron en la carrera, atraídos por la Luna y el Sol y por la sucesión turnante de estaciones de hoja y de viento; él siguió teniendo doce años, pero ninguno de los otros volvió a tenerlos jamás. Y las voces, las otras voces comenzaron de nuevo a repetir el manido estribillo, frío y aterradoramente familiar: «Más vale que le des vitaminas a ese chico, Steve». «¿Qué pasa, Anna, es que en tu familia hay una rama de bajitos?» Y el frío puño que vuelve a golpearte el corazón, el conocimiento de que será preciso volver a arrancar las raíces después de tantos años buenos con los «parientes».

–¿Adónde vas, Willie?

Sacudió bruscamente la cabeza. Volvía a encontrarse en medio de aquellas torres humanas, de aquellos mocetones que le hacían sombra, que pululaban en torno a él, como gigantes inclinados a beber en la fuente de un parque.

–Me voy unos días a casa de un primo.

–Oh. –Hubo un día, hace un año, en que eso les hubiera importado mucho. Pero ahora tan sólo sentían curiosidad por su equipaje. No era más que la fascinación de los viajes y los trenes y los lugares distantes.

–¿Qué os parece si echamos un par de partidas rápidas? –dijo Willie.

Su aspecto era más bien dubitativo pero, dadas las circunstancias, accedieron. Dejó caer la bolsa y corrió; la blanca pelota de béisbol estaba allá en lo alto, en el sol, distante de sus figuras de blanco ardiente en la lejanía del prado, de nuevo en el sol, apresurada, la vida yendo y viniendo, como obedeciendo a un patrón. ¡Aquí, allí! ¡El señor y la señora Robert Hanlon, de Creek Bend, Wisconsin, 1932, la primera pareja, el primer año! ¡Aquí, allí! ¡Henry y Alice Boltz, Limeville, Iowa, 1935! ¡Vuela, pelota! ¡Los Smith, los Eaton, los Robinson! ¡1939! ¡1945! Marido y mujer, marido y mujer, sin niños, sin niños. Una llamada a esa puerta, una llamada a esa otra.

–Disculpe usted. Me llamo William. Me pregunto si...

–¿Un bocadillo? Pasa, siéntate. ¿De dónde vienes, hijo?

El bocadillo, el vaso largo de leche fresca, la sonrisa, el gesto acogedor, la conversación cómoda, distendida.

–Hijo, das la impresión de haber estado viajando. ¿Te has escapado de algún sitio?

–No.

–Chico, ¿eres huérfano?

Otro vaso de leche.

–Siempre quisimos tener hijos, pero nunca hemos podido. Jamás supimos por qué. Cosas que pasan. Bueno, bueno. Se está haciendo tarde, hijo. ¿No crees que sería mejor que te fueras a casa?

–No tengo casa.

–¿Un chico como tú? ¿Con lo limpias que tienes las orejas? Tu madre estará preocupada.

–No tengo casa ni parientes en todo el mundo. Me pregunto si... me pregunto... ¿me permitirían pasar aquí esta noche?

–Bueno, hijo, verás, no sé qué decir. Nunca habíamos pensado en admitir... –dijo el marido.

–Esta noche tengo pollo para cenar –dijo la mujer–, y hay bastante para repetir, bastante para las visitas...

Y los años que pasan, que vuelan; las voces, y los rostros, y las gentes; las primeras conversaciones, siempre las mismas. La voz de Emily Robinson, en su mecedora, en la oscuridad de la noche veraniega, la última noche que estuvo con ella, la noche en que ella descubrió su secreto, su voz, al decir:

–Miro las caras de todos los niñitos que pasan. Y a veces pienso: ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza que todas esas flores hayan de ser cortadas, que sea preciso extinguir el fulgor de esos fuegos! Qué vergüenza que éstos, todos esos que vemos en las escuelas o correteando por ahí hayan de tornarse altos y desagradables; que luego lleguen las arrugas, la sal y la pimienta en el pelo, o la calvicie, para luego, finalmente, puros huesos y resuellos, tener que morir, enterrados y olvidados. Cuando oigo reír a los niños, me resulta imposible creer que hayan de recorrer la misma senda por la que yo camino. Y sin embargo, ¡vienen! Aún recuerdo aquel poema de Wordsworth: «...cuando de pronto vi una multitud, una hueste de dorados lirios, cerca del lago, bajo los árboles, lirios que se agitan y se mecen en la brisa». Eso es lo que a mí me parecen los niños, pese a lo crueles que son a veces, a pesar de saber cuán malvados pueden ser. Pero no les asoma todavía la maldad en torno a los ojos, aún no se lee la malicia en su mirada, sus ojos aún no se han saturado de cansancio. ¡Es tanta el ansia que sienten por todo! Me imagino que eso es lo que más echo a faltar en las personas mayores, que en nueve de cada diez casos han perdido ese ansia, esa frescura, a quienes se les ha escurrido desagüe abajo tanta de su energía vital... Adoro ver cómo salen cada día los niños de la escuela; es como si sus puertas lanzasen florecillas a la calle. ¿Qué se siente, Willie? ¿Qué siente uno al ser eternamente joven? ¿Cómo es parecer una moneda de plata recién acuñada? ¿Eres feliz? ¿Te encuentras tan estupendamente como dice tu aspecto?

La bola de béisbol llegó zumbando desde el cielo azul; le dio a su mano un picotazo, como un gran insecto pálido. Mientras se la .acariciaba, Willie oyó a su memoria decir:

«Trabajé con lo que tenía. Después de morir mis parientes, tras descubrir que no podía encontrar en ningún sitio trabajo de adulto, probé suerte en las ferias, pero sólo conseguí que se rieran de mí. "Hijo –me dijeron–, no eres un enano, e incluso aunque lo seas, ¡tu aspecto es de un chico normal! Queremos enanos con cara de enanos. Lo siento, hijo, lo siento." Así que me fui de casa, y eché a andar pensando: ¿Qué era yo? Un niño. Tenía aspecto de niño, tenía voz de niño, así que podría perfectamente seguir siendo un niño. De nada valía luchar contra ello. De nada serviría gritar. ¿Qué podía hacer, pues? ¿Qué trabajo tenía a mi alcance? Y un buen día vi a un hombre en un restaurante mirar las fotografías que de sus hijos le enseñaba otro hombre. "Claro que me gustaría tener hijos –decía–, ya lo creo que me gustaría." No hacía más que mover con desánimo la cabeza. Y yo sentado allí, a unos pocos asientos de él, con una hamburguesa entre las manos. Me quedé allí sentado, ¡helado! En aquel mismo instante supe cuál iba a ser mi trabajo durante el resto de mi vida. Sí, había trabajo para mí, después de todo: hacer felices a gentes solitarias. Mantenerme ocupado. Jugar eternamente. Me di cuenta de que tendría que jugar eternamente. Repartir unos cuantos periódicos, hacer recados, segar unos cuantos céspedes. quizá. Ahora, ¿trabajos pesados? Jamás. Todo cuanto tendría que hacer consistiría en ser hijo de una madre y orgullo de un padre. Me dirigí al hombre que se encontraba un poco más abajo que yo en la barra. "Discúlpeme", le dije, y le sonreí...»

–Pero Willie –le había dicho hacía mucho la señora Emily–, ¿nunca te has sentido solo? ¿Nunca has querido... esas cosas que los adultos desean?

–Esa batalla la tuve que librar yo solo –dijo Willie.

«Soy un chiquillo –me dije–, tendré que vivir en un mundo de chiquillos, leer libros para niños, jugar a juegos de niños, desconectarme de todo lo demás. No puedo ser las dos cosas. Yo sólo tengo que ser una cosa: joven. Así que hice mi papel. ¡Oh, no fue fácil! Hubo momentos...» Se interrumpió y se sumió en el silencio.

«Y la familia con la que vivías, ¿no llegó a saberlo nunca?»

«No. Decírselo hubiera estropeado todo. Les conté que me había escapado; les dejé comprobarlo por conducto oficial, por la policía. Después, cuando no apareció ninguna ficha ni denuncia, dejé que solicitasen mi adopción. Eso era lo mejor de todo, siempre y cuando no sospechasen nada. Pero, entonces, después de tres años, o de cinco, se imaginaban lo que pasaba, o llegaba un viajante que me conocía, o me tropezaba con un feriante, y aquello se acababa. Siempre tenía que acabar.»

«¿Y tú eres muy feliz? ¿Es agradable seguir siendo niño durante cuarenta años?»

«Como suele decirse, es una forma de ganarse la vida. Y cuando uno hace felices a otras personas, casi se es feliz también. Sea como fuere, dentro de unos cuantos años estaré ya en mi segunda infancia. Habré doblado el cabo de las tormentas, habré olvidado las insatisfacciones y casi todos los sueños. Tal vez entonces pueda comportarme con naturalidad y representar mi papel hasta el final.»

Lanzó una última vez la bola de béisbol y rompió el ensueño. Corrió a coger su equipaje. Tom, Bill, Jamie, Bobb, Sam; sus nombres se movieron sobre sus labios. Percibió el embarazo de los muchachos al irles estrechando la mano.

–Bueno, Willie, después de todo no es como si te fueras a China o a Tombuctú.

–Así es, ¿verdad? –Willie no se movió.

–Hasta pronto, Willie. Nos veremos la semana que viene.

–Hasta pronto, hasta pronto.

Y fue alejándose con la maleta, mirando a los árboles, alejándose de los muchachos y de la calle en la que había vivido. Al doblar una esquina aulló el silbato de un tren, y echó a correr.

Lo último que vio y oyó fue una blanca bola de béisbol lanzada a lo alto de un tejado, atrás y adelante, atrás y adelante, los gritos de dos voces (la bola lanzada hacia arriba, y luego abajo y otra vez a través del cielo). «¡Annie, Annie, basta! ¡Basta, Annie, basta!», gritos como los de los pájaros al volar hacia el lejano sur.

Se despertó de madrugada, una madrugada con olor de la neblina y del frío metal, envuelto en el olor ferroso del tren que le rodeaba, los huesos sacudidos, entumecidos los miembros por toda una noche de viaje. Se despertó con olor de sol tras el horizonte; su vista se tendió sobre una pequeña villa recién surgida del sueño. Se estaban encendiendo las primeras luces, murmuraban quedas las voces; una señal roja oscilaba adelante y atrás, atrás y adelante, en el aire frío de la mañana. Había ese silencio somnoliento en el cual los ecos están dignificados por la claridad, en el cual los ecos se encuentran desnudos, nítidos y solitarios. Pasó un mozo de tren, una sombra entre las sombras.

–Señor –dijo Willie.

El mozo se detuvo.

–¿Cómo se llama esta ciudad? –susurró el chico desde la oscuridad.

–Valleyville.

–¿Cuántos habitantes tiene?

–Diez mil. ¿Por qué lo preguntas? ¿Te bajas aquí?

–Parece verde. –Willie permaneció largo rato escrutando la ciudad sumida en la madrugada–. Parece agradable y tranquila –añadió.

–Hijo –dijo el mozo–, ¿de verdad sabes a dónde vas?

–Aquí –respondió Willie. Y se levantó tranquilamente en la madrugada tranquila, fría, saturada de olor a hierro, en la oscuridad del tren, con un rozar de ropas, perturbando el silencio.

–Chico, confío en que sepas lo que te haces –dijo el mozo de tren.

–Sí, señor, sé lo que me hago. –Y descendió al oscuro andén, con el equipaje en pos, en manos del mozo; salió a la mañana que recibía las primeras luces, la mañana humeante y fría que condensaba el aliento. Permaneció un instante con la vista alzada hacia el mozo y hacia el negro tren de metal, contra el fondo de las pocas estrellas que aún quedaban. El tren exhaló un gran soplido aullante en su silbato, los mozos del tren gritaron a lo largo de toda la hilera de vagones, los coches saltaron, y su mozo sonrió y ondeó la mano en señal de saludo al chico que allí se quedaba, a aquel chico pequeñín con su maletón que le estaba gritando algo, a pesar de que la máquina volvía a soltar su silbido.

–¿Qué? –gritó el mozo, con la mano haciendo pabellón en la oreja.

–¡Deséeme suerte! –gritó Willie.

–¡La mejor del mundo, hijo! –exclamó el mozo, saludando, sonriendo–. ¡Muchacho, la mejor del mundo!

–Gracias –dijo Willie en mitad del estrépito del tren, en el vapor y el rugido.

Permaneció mirando al negro tren hasta que se fue completamente y se perdió de vista en la lejanía. No se movió durante todo el tiempo que tardó en irse. Allí se estuvo, quietecito en el fatigado andén de madera, doce años de chiquillo, y sólo después de pasados tres minutos completos se volvió para, por fin, encararse con las calles desiertas.

Después, mientras el sol se alzaba, echó a andar a toda prisa para guardar el calor, bajando de la estación, entrando en la nueva ciudad.

lunes, 13 de septiembre de 2010

El chaval del R9

Blog de Tio Tizo:

Mitico...



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Poner un compresor a mi R9 y otras mejoras

NUESTRO AMIGO CONSULTANTE DICE:

Hola amigos y gente en general. He decidido hacer unas nuevas
mejoras para mi automóvil y quería que me aconsejarais. Se trata de mi
Renault 9 GTL con motor 1108cc que ya tiene un kit especial de admisión y
carburador de doble cuerpo con lo que alcanza 90 caballos. Ahora estoy
buscando para ponerle un compresor mi mecánico me recomienda montar el
motor completo del R11 turbo pero no encuentro ninguno en buen estado y solo
ganaría 15 caballos. Por eso quería conservar mi motor de 90 caballos y
añadir un compresor del estilo mercedes que me han dicho que es mejor que
el turbo porque empuja siempre y no hay que esperar a que se enfríe para
parar y creo que si el mercedes sin compresor daba 150 caballos y con el 193 mi
renault9 daría 115 caballos como el 5gt turbo pero sin tirones y con
prestaciones mas constantes. Además así elimino el riesgo de que me entre
el turbo en curvas de primera o segunda. Si además del compresor le consigo
meter un kit de inyección seguro que saco otros 10 cv con lo cual mi R9
estará en 125 cv, con lo cual andaría como un Kadet GSI de mi cuñado.
¿sabéis donde puedo conseguir un compresor en buen estado? Para informaros
os diré que ahora la velocidad que alcanzo es de 210 en autopista y 190 en
la general usando gasolina sin plomo de 98 mezclada con wins para
carburadores (ganas 5 caballos).

Por otro lado las mejoras de suspensión no tardaran. Le quiero poner unos
blisten en cuanto los encuentre por un desguace, sabéis si vales los de un
Megan o tienen que ser del R9? Me han dicho que los mejores muelles son
los selex pero no se que modelo, alguna idea? Me han dicho que si le pongo una
estabilizadora gano 25 km/h en paso por curva, es cierto? Las ruedas llevo
unas 195 de la marca kleber que agarran muy bien, pero las llantas targa
ya es la segunda vez que me las roban en mi barrio. alguna tuerca de
seguridad que de buen resultado?

Por último la aerodinámica. Llevo un espoiler en el frontal que lo adapte
de una defensa de un sierra coswort, recortándola por el medio para adaptarla
al ancho del R9 y añadiendo una pieza de chapa, un poco de fibra y a
pintar, esta impresionante y atrás tengo un alerón kamei, noto que agarra mas en
autopista y me ha bajado algo el consumo (5,5 litros) porque ha mejorado
la aerodinámica pero me gustaría cambiarlo por otro de mas agarre, como los
de los escor coswort ¿sabéis si los venden para mi coche y que precio?

Para despedirme una ultima pregunta. Estoy ahorrando para otro coche el
año que viene y he pensado en un cupe de altas prestaciones. Mi mujer le gusta
el hiunday cupe pero dicen que los japoneses tienen malos recambios ¿os
parece bueno el calibra? ¿es cierto que si le quitas el catalizador
consigues 180 caballos? bueno gracias por escucharme y ráfagas para todos los del foro.


RESPUESTA 1:
Hola Compañero: Yo tengo un vespino de 49cc al que le he montado el
compresor del R11 turbo. El resultado no es todo lo satisfactorio que
desearía ya que con el gas a tope sólo pillo 195 Kmh. Además noto unos
tirones que no veas. Voy a seguir tus pasos y buscar el de mercedes.
Aerodinámicamente he sustituido los pedales por los alerones de cola de un
boeing 747 y aunque me rozan en las curvas, en las rectas despego y
adelanto a la basca por el aire.
Como no llevo casco me he cortado las orejas para evitar rozamientos
aunque tengo la cara con la piel toda para atrás, como la Presley.
Oxido nitroso: buena opción, pero una vez que lo has usado no puedes
rellenarlo. ¿Tiene alguien un mapa de las Oxidolineras de España?
Desaconsejo el uso de esos botellines pequeños, es para acojonados: yo
llevo uno del tamaño de una bombona de butano en en cofre.
Me gusta tu manera de hacer tunning. Un saludo.




RESPUESTA 2:
SERÍA UNA IDEA COJONUDA COJER UNA SIERRA DE CALAR Y HACER TU R9 DESCAPOTABLE, SERÍA LA GUINDA AL TUBO DE ESCAPE RECORTAO, A LAS RUEDAS GORDAS, AL ALERÓN, AL COMPRESOR TURBO Y ALOS ASIENTOS DE COMPETICIÓN. ¿HAS VISTO LA PELÍCULA "OBRA MAESTRA"? EN ESTA PELÍCULA SANTIAGO SEGURA HACE
DESCAPOTABLE SU RENAULT 12 Y QUEDA CHULO.

PD: SI ALGUNA VEZ VOY POR AUTOPISTA Y ME ADELANTA UN R9 A 210, TE JURO QUE VENDO MI COCHE Y ME COMPRO UNO.


RESPUESTA 3:
Monta las llantas al revés que desplazan un montón y va a quedar como
un mercedes amg. Eso sí, tendrás que doblar las pestañas de las aletas por
si roza. Busca los faros del R11, queda mucho mejor con 4 faros que con dos.

Pasa de bilstein, corta los muelles y suéldales unas barras entre algunas
vueltas para limitar el recorrido. En el puente trasero rótale las barras
de torsión y así lo puedes agachar unos 80-100mm y te quedará una luz de
otros 60-70mm al suelo.

Busca unas taloneras del R11 y hazle unas faldillas blancas de plexiglas
de esas superanchas con unas cadenas para que no arrastren.

Acóplale el cuadro del fiat uno turbo (por relojes que no quede), esto
requiere algo de labor pero si eres fino con la marquetería puede quedar
chulo. Lo máximo será que además les pusieras unas esferas de color
blanco.
Busca unos asientos de R11 de los de tipo baqué y pon unos arneses a la
bandeja trasera o a los anclajes del cinturón trasero.




RESPUESTA 4:
¿Has probado a poner inyección de óxido nitroso? La instalación es
fácil: pones una bombona de óxido junto a la palanca de cambio y la unes
con un tubo metálico a una toma en el colector de admisión. Al abrir la llave
se inyecta el óxido con el aire y la gasolina y la potencia en ese momento se
multiplica por 2.35, con lo cual si le pones el compresor y todo eso, en
el momento de potencia máxima tendrías más de 270 CV. ¿No esta mal para un
fierro renol, eh? El efecto que conseguirías sería similar al del Pontiac Trans-Am Firebird IV cuando Maiquel Nai pulsaba el botón de Turbo bust y Kit salía volando.

Mola tu carro. A ver cuando nos das una vuelta, tronco.



RESPUESTA 5:
Ojo con el óxido de nitrógeno. Si quieres que sea eficaz de verdad,
debes añadir una bomba de gasolina de mayor caudal para atender a las
solicitudes en el momento de sacar CV por un tubo. Otra cosa que es
importante es montar cigüeñal, bielas y pistones forjados para que no se
te fundan a los 5 kilómetros. Ah, y procura usar gasolina de competición, de
más de 100 octanos. Cuidado con el avance de encendido... y con romperse
la cabeza en tu bólido.

Un saludo. fermalva



RESPUESTA 6:
NO HAY QUE REIRSE, YO TENIA EL MISMO, EXACTAMENTE EL MISMO PROBLEMA QUE TU PERO CON UN R-7. PROBE A PONERLE DOS COMPRESORES, PERO NO TENIA ESPACIO, POR LO QUE LE PUSE
LA BOLA DE ENGANCHE Y UN REMOLQUE. EN EL REMOLQUE METI LOS COMPRESORES ELECTRICOS Y FUNCIONABA. EL PROBLEMA ES QUE EL ALARGO NO ME LLEGABA MAS DE 100 METROS Y NO PODIA IR MUY LEJOS, PERO IBA CON EL COCHE A ESTUCAR Y PINTAR LAS CASAS DE LOS VECINOS.



RESPUESTA 7:
Genial tío, lo mejor de todo es lo del Jundai Cupé como cupé de
ALTAS PRESTACIONES...

Saludos!!!


RESPUESTA 8:
Verás, ésto es lo que haría:

En vez de meterle un compresor yo le metería dos. Así logras el doble de
potencia y en vez de 115cv tendrías 390cv.
Al escape para ser capaz de aguantar semejante potencia le haría unos
taladros en la cola, va mucho más desahogado y tiene un sonido más fino,
al estilo 6 cilindros.

Otro truco es ponerle unos neumáticos la mitad de pequeños de los que
llevas, así al haber menor adherencia, el coche corre más y consume menos,
aunque perderás capacidad de frenada, pero con pintarle los tambores
traseros en color de la carrocería solucionado.


La caja de cambios necesariamente tiene que ser de 7 velocidades+marcha
atrás.

Para tener mayor estabilidad prueba a quitarle los amortiguadores, así el
coche vira plano y entras en las curvas como en un Ferrari.

No olvides tintarle las lunas y píntale los retrovisores, uno amarillo y
otro verde, da un contraste cojonudo y si te llega el presupuesto pásate
por Alcampo que hay un juego de tapacubos preciosos.

Eso si, ante todo seguridad, un buen juego de antinieblas repartidos por
el techo, capot, y faldones y que tampoco se te olvide ponerle atrás las
pegatinas con tu nombre y con el de tu novia (si tienes. Si no, no vale) a
los lados.


Calculo que con todas estas mejoras podrías lograr una punta de unos
500/525 km/h.

No creo que llegue al nivel del Kadett de tu cuñado, pero seguro que eres
el más macarra del barrio.

Al final no olvides petar del todo el motor.

Ala, no te aburras demasiado y ya nos contarás.






RESPUESTA 9:
Está bien amigo, pero yo le añadiría sin dudar, y si tu bolsillo te
lo permite, un aspirador en los bajos para potenciar el efecto suelo.






RESPUESTA 10:
Bueno al margen de todo lo que has dicho, solo hacer una aclaración
que ya se ha hecho muchas veces, pero parece que no es suficiente. Un
coche JAPONÉS no es lo mismo que un COREANO. El jiundai cupe es un coreano, y no tiene ni comparación con un japonés. NI COMPARACION. Los coches coreanos
son coches baratos con componentes baratos y mano de obra barata, y saldrán
como salgan, la verdad es que me importa poco si explotan o no, no tendré nunca
uno. Pero los carros japoneses, pese a quien pese, son los mas fiables del
mercado, ofrecen garantías importantes y el índice de satisfacción de sus
compradores es el mas alto. Por supuesto Mercedes esta a la par, pero no
vamos a comparar un clase S con un civic, vamos.



RESPUESTA 11:

Amigo, yo como tu me ahorraba todo lo que tienes pensado hacerle a
tu R-9, y mejor cómprate un carro nuevo, que seguro andará mucho mas que
tu R-9 (a pesar de todas las mejoras que le has introducido) y te dará menos
quebraderos de cabeza.


RESPUESTA 12:
ESTAS DE ATAR ME DESCOJONO AL LEERTE, UN COMPRESOR DE MERCEDES A UN R9 ,JAJAJAJA, DE UN SLK CLARO,,JOJOJO, Y TE CREES QUE TIENES UN BOLIDO PARA CORRER LAS 24 HORAS DE EMANS...CLARO QUE CON ESOS ALERONES DEL RICHAR TENDRAS QUE FARDAR MAZO, SOBRE TODO, A TU CUÑADO DEL KADET, HABRA QUE VERLE.
SEGURO QUE TE REGALÓ EL LAS LLANTAS, NO LE PONGAS TORNILLOS A ÉSTAS HOMBRE SUELDALAS QUE ES LA MODA...........UN JUNDAI QUE RIDÍCULO EL DEPORTIVO DE LOS POBRES JAJAJAJAJAJA....................UN CALIBRA CON 180 CV CON QUITAR EL CATALIZADOR JOJOJOJO Y SEGURO QUE TE HAN DICHO QUE VUELA JEJEJEJEJE VETE A DORMIR ANDA Y DESPIÉRTATE................



RESPUESTA 13:
Todo el mundo pensando en la suspensión, potencia motor, alerones,
faros, etc...


Joder tíos, tenemos que advertir a este chaval que tiene que poner discos
cerámicos ventilados mediante rayado con pinzas flotantes de 6 pistones y
en la parte de atrás un paracaídas estilo a los que utilizan los drugsters
americanos para frenar porque a 500 por hora ni los discos cerámicos van a
ser suficientes.

De paso yo que tú chaval intentaba ingresar en el Guiness de los Récords.

Veamos un ejemplo: Tomas carrerilla dirección a los Pirineos, no te
preocupes, sin carretera ni nada, todo recto y a esa velocidad saldrás
disparado por la inercia y caes más o menos en París. Aprovechando el
vuelo libre apagas el motor y el consumo medio de 5,5 te puede bajar hasta 3,8
que puede ser un inmejorable registro para un TDI y para caer no te preocupes,
que ya le has tenido que instalar el famoso paracaídas

jueves, 9 de septiembre de 2010

El propósito de un perro?

Blog de Tio Tizo:

El propósito de un perro?

Siendo veterinario, fui llamado para examinar a un Sabueso Irlandés de 10 años de edad llamado Belker. Los dueños del perro: Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.
Examiné a Belker y descubrí que estaba muriendo de cáncer. Dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.
Hicimos los arreglos necesarios, Ron y Lisa dijeron que sería buena idea que el niño de 6 años, Shane, observara el suceso. Ellos sintieron que Shane podría aprender algo de la experiencia.
Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.
El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué del lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea mas corta que la de los humanos.

Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ''Yo se porqué. ‘‘

Sorprendidos, todos volteamos a mirarlo. Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación más reconfortante que ésta. En ese momento, cambió mi forma de ver la vida.
Dijo: ''La gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida --¿como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, verdad?'' El niño de 6 años continuó: ‘‘Bueno, como los perros ya saben como hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros. ‘‘
- Vive sencillamente.
- Ama generosamente.
- Quiere profundamente.
- Habla amablemente.

Recuerda, si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

-Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
- Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
- Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis.
- Toma siestas.
- Estírate antes de levantarte.
- Corre, brinca y juega a diario.
- Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
- Evita morder cuando un simple gruñido seria suficiente. (ESTE ME ENCANTÓ)
- En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto.
- Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
- Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
- Se leal.
- Nunca pretendas ser algo que no eres.
- Si lo que quieres esta enterrado, escarba hasta que lo encuentres.
- Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estas ahí.

¡DISFRUTA CADA MOMENTO DIA A DIA!

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