lunes, 8 de diciembre de 2008

Arturo Perez reverte( hace 10 años) revelación?

Blog de Tio Tizo:


>> Os mando el artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte, publicado
> en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998, y que ahora, diez años después,
> se revela como una auténtica profecía...¡manda güevos!.
> ***
> LOS AMOS DEL MUNDO
> Arturo Pérez-Reverte
>
>
> Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los
> cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en
> la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de
> sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a
> mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o de un índice de
> probabilidad del cero coma cero cuatro.
> Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una
> ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un
> máster en Tokio -o al revés-, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a
> la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital
> management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de
> inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el
> partido del domingo.
> Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que
> circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a
> atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará a usted el
> consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los
> huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas,
> tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan
> expertos que siempre terminan por hacerlo suyo; porque siempre ganan ellos,
> cuando ganan, y nunca pierden ellos, cuando pierden.
> No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones
> fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía
> productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con
> humo, y los poderosos de la tierra pierden el culo por darles coba y
> subirse al carro.
> Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder; el riesgo es mínimo.
> Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio,
> grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el
> presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos
> helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio
> euroasiático y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la
> aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese
> pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.
> Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la
> segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por
> ciento no se encuentran todos los días.
> Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real,
> con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y
> palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen
> sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.
> Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus
> fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto
> riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y
> esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la
> economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces -¡oh, prodigio!-
> mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el
> cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las
> pérdidas, no.
> Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos
> pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al
> Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.
> Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son
> colectivos y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de
> emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de
> la Bernarda.
> Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la
> pagan con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con sus puestos de
> trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los
> millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan
> cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.
> Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de
> países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de
> especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.
> Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos
> de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo
> económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

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